ESTAMOS CON VOS | PRUDENTES Y DESPIERTOS

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CARTA PASTORAL conciudadanas y conciudadanos:

Los tiempos que enfrentamos provocan temores que llevan al desánimo y desasosiego.
El Señor Jesús nos advirtió de la llegada de estos días, marcados por la avaricia y la impiedad de quienes, por su voracidad, desatarían guerras, pestes y hambrunas, “principio de dolores”.

Para emerger de ese cruel estado, se torna imprescindible recordar que, en su amor, Jesús nos llama a no turbarnos, porque en medio de la noche más oscura, Él está con nosotras y nosotros para librarnos del mal que acecha (Mateo 24.6-8).

El salmista afirma nuestra fe asegurándonos que Dios es nuestro refugio y por medio de su protección ninguna plaga tocará nuestro hogar (Salmo 91.3). La memoria nos lleva al cautiverio en Egipto para recordar los dinteles pintados con roja sangre redentora.

Evidencias históricas que traen paz al alma evitan la turbación tenebrosa de confusiones y miedos que intentan abordarnos en estos días, cuando el Coronavirus avanza sobre el planeta.

Esas “tribulaciones pasajeras que dejan en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria” (2 Corintios 4.17) nos instan a recibir el espíritu de adopción que nos hace hijas e hijos de Dios (Romanos 8.15) y, por ende, nos hermana para conformar una comunidad de fe y amor: el Centro Cristiano Nueva Vida (Salmo 133). Ser iglesia y ser comunidad es mucho más que asistir a una reunión.

Resuena en nuestros oídos el mensaje del apóstol Pedro, que nos impactó con sus advertencias antes de la llegada de los acontecimientos y las noticias -verdaderas y falsas- que nos atosigan. Cada una de sus palabras cobran hoy un valor profético inusitado.

“Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque él se interesa por ustedes.
Sean prudentes y manténganse despiertos, porque su enemigo el diablo, como un león rugiente, anda buscando a quien devorar. Resístanle, firmes en la fe, sabiendo que en todas partes del mundo los hermanos de ustedes están sufriendo las mismas cosas. 
Pero después que ustedes hayan sufrido por un poco de tiempo, Dios los hará perfectos, firmes, fuertes y seguros. 
Es el mismo Dios que en su gran amor nos ha llamado a tener parte en su gloria eterna en unión con Jesucristo. A él sea el poder para siempre. Amén.”  1 Pedro 5.7-11 DHH

Llegó la hora de confiar en Jesús y echar sobre Él todas nuestra ansiedad, nuestras preocupaciones y temores, pues nos ama y tiene cuidado de nosotras, de nosotros y de nuestros afectos.

Debemos ser prudentes, cumpliendo las medidas de prevención, cuidándonos y cuidando a nuestros próximos, siguiendo los consejos y las disposiciones que emanen de las autoridades y aún yendo más allá de ellas, dado que, por nuestra vasta trayectoria en hospitales sirviendo a gente con enfermedades infectocontagiosas, tenemos experiencia de sobra en fe, amor y profilaxis.

A su vez, estar despiertos es clave, porque sin dudas enfrentamos otro virus sumamente dañino: el de la desinformación o la mala información. Este también se propaga veloz a través de las redes sociales y los medios de comunicación. Es importante informarse por medio de los sitios oficiales de la OMS o del Ministerio de Salud de nuestro país y por la voz pastoral que es difundida por las redes oficiales del CCNV.
No escuches trascendidos o informaciones de falsos o supuestos profesionales de la salud, consejos de prácticas sanadoras, voces pseudo pastorales, profetas o cualquier advenedizo.

Estas circunstancias hacen crecer nuestro amor en nuestra comunidad hacia todas y todos.
La actual pandemia nos provoca a ser solidarios, protegiendo a todos al protegernos, cubriendo las necesidades de compras y provisiones para los que por razones de vulnerabilidad no pueden salir de sus casas y orando y asistiendo a los que padecen. Así, cuando todo esto acabe, por amar como Dios nos ama, seremos perfectos, firmes, fuertes y seguros en el amor al prójimo.

No estás sola, no estás solo, nosotras y nosotros estamos con vos.
No salgas de tu casa, tenemos canales para estar comunicados: FACEBOOK | INSTAGRAM | YOUTUBETWITTER | WEB

Reciban la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, esencial en estos momentos.

Tenemos amor y esperanza:
                     
                                                              Cuerpo Pastoral del Centro Cristiano Nueva Vida

PS: Compartimos el mensaje que Martin Lutero proclamara en medio de la epidemia de la fiebre negra o peste bubónica que asoló Europa.

“Le pediré a Dios misericordiosamente que nos proteja. 
Luego fumigaré, ayudaré a purificar el aire, administraré la medicina y la tomaré. 
Evitaré lugares y personas donde mi presencia no sea necesaria para no contaminarme y, por lo tanto, infligir y contaminar a otros y así causar su muerte como resultado de mi negligencia. 
Si Dios quisiera llevarme, seguramente me encontrará y he hecho lo que esperaba de mí, por lo que no soy responsable ni de mi propia muerte ni de la muerte de los demás.
Sin embargo, si mi vecino me necesita, no evitaré el lugar o la persona, iré libremente como se indicó anteriormente. 
Mira, esta es una fe tan temerosa de Dios porque no es descarada ni imprudente y no tienta a Dios."
Martín Lutero, 1527.

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