Maquillaje balsámico

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Por muy superficial que parezca esta actividad, en realidad, tiene un origen terapéutico.
A través del “maquillaje balsámico”, el equipo de Hospitales CCNV acompaña a diferentes mujeres durante sus tratamientos.

En momentos de crisis, nosotras, las mujeres reaccionamos cada una de diferente manera ya sea por la pérdida del empleo, por la muerte de una persona muy cercana, por una desilusión amorosa o por salud. En psicología, esta reacción la denominan “mecanismo de afrontamiento”. Es decir, es la manera de afrontar y administrar el estrés que diferentes factores nos imponen en la vida. En situaciones de estrés, algunas mujeres abandonan todo incluyendo su apariencia personal.

Se trata de aumentar la autoestima y mejorar la salud de las mujeres con cáncer, cicatrices o marcas en la piel a través de la estética. El objetivo fundamental es conseguir el bienestar psíquico del individuo, tanto la aceptación de sí mismo como de la sociedad. La apariencia es uno de los factores más potentes que influyen en la relación con los demás. El maquillaje corrector tiene una repercusión sobre la persona, que va más allá de la simple belleza o estética.

Algo en apariencia como verse linda cobra dimensiones impactantes si se trata de una mujer con cáncer. Es que al shock del diagnóstico muchas veces le sigue la caída del cabello, el cambio de tonalidad de la piel, las uñas quebradizas… todos aspectos que en una mujer no suelen ser menores.

Por ínfimo que parezca, en comparación con la vida misma, el aspecto físico, el humor, la predisposición a no dejarse estar son tan importantes como las sesiones de quimioterapia o rayos en el proceso de curarse. Mostrar a los demás y a nosotros mismos las secuelas de una enfermedad o accidente puede ser tan duro como la propia enfermedad. Por eso, a través del maquillaje, podemos mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Equipo de Hospitales CCNV.