Mirna Sosa | Testimonio de sanidad

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Mirna Sosa tenía 29 años cuando su hijo de ocho murió por la complicación de una hipertensión pulmonar. Cuatro años después, vuelve a quedar embarazada y en los estudios le diagnostican a ella la misma enfermedad.Desde su Yatytay natal, en Paraguay, los médicos le aconsejan que viaje a Argentina y cruzando el río Paraná llega a Misiones, donde tampoco le dan demasiadas esperanzas y le sugieren que no se quede sola. Vas a necesitar mucha suerte nena, le dijo una médica.Viaja a Buenos Aires, donde la esperó Irma, su hermana mayor, que le regaló de lo mejor que tenía: Su Fe. “Yo creo mucho en Dios y lo primero que hice fue golpear sus puertas”, dice su hermana y
cuenta que en su barrio, Zavaleta, había un grupo de oración del
Centro Cristiano Nueva Vida y por ellos llegaron al templo de la calle Agaces con Mirna. El embarazo ya llevaba cinco meses y por lo avanzado de la enfermedad, apenas podía caminar.Pocos días después la internan en el Hospital Argerich y durante casi un mes y medio estuvo en la unidad coronaria mientras esperaba la maduración de los pulmones de su hijito. “Yo veía a mi hermana repleta de cables y era muy angustiante. Además el diagnóstico médico no era alentador, intentaban que aceptáramos que era muy probable que mi hermana no soportara el parto. Los hermanos que habíamos conocido en el barrio de Zavaleta, del CCNV, nos acompañaron en todo momento y no dejaron de orar por ella y con ella”, dice Irma. El 8 de enero nace Jesús Nahuel, en su sexto mes de gestación con un kilo de peso.Mirna pasó el parto, disfrutó ese momento y muchos más, mientras su hijo crece con total normalidadHoy el bebé ya pesa tres kilos y medio y fueron a dar el
testimonio a la Campaña de Milagros en Zavaleta, el barrio donde conocieron a Jesús y donde van a ser testigos de su amor, para todos los que puedan alcanzar.