Historia

El Centro Cristiano Nueva Vida nació el 16 de octubre de 1982 en un sector de la Ciudad de Buenos Aires que había resistido tenazmente la fundación o instalación de una Iglesia Cristiana Evangélica: el barrio de Parque de los Patricios. Todos los ministerios que estaban trabajando en el lugar habían sucumbido y desaparecido. Inclusive las únicas cinco iglesias pequeñas, que habían sido establecidas históricamente, cerraron sus puertas con graves problemas.

Guiado por una Palabra de Dios, el Pastor Guillermo Prein decidió dejar la primera Iglesia que pastoreó, la cual quedó fortalecida y en plena expansión en manos de uno de sus hijos espirituales y discípulo surgido de ella misma, y se trasladó para enfrentar un nuevo desafío, algo completamente diferente. Después de una gran lucha inicial, se estableció la obra que al cabo del primer año, para fines de 1983, contaba con 100 creyentes. El final de 1984 les sorprendió con 200 hermanos, es decir, un crecimiento del 100%. Este índice de crecimiento se mantuvo por cinco años elevando el número de creyentes a mil seiscientos a fines de 1987. Durante los siguientes cinco años, la congregación se mantuvo estable y creciendo espiritual y ministerialmente. Los obreros comenzaron a levantarse rápidamente y la iglesia comenzó a expandirse.

Hoy contamos con una congregación de más de 30.000 personas y un cuerpo pastoral de 380 miembros. También se desarrolla el trabajo de los Grupos de Oracion (GO) que ya son más de 1.200 distribuidos por toda la ciudad y el país. Además, un intenso programa de actividades evangelísticas alcanza a gente de toda edad y condición social involucrándolos en tareas sociales, de divulgación y contención en las calles y plazas, hospitales, cárceles, escuelas y universidades a través del ministerio de Acción Comunitaria (ACM). El Centro Cristiano Nueva Vida pertenece a la Unión de las Asambleas de Dios, institución con casi un siglo de trayectoria en el país.

VISIÓN

La visión que Dios nos ha dado y el desafío que sentimos en nuestros corazones se resumen en una sola palabra: gente, y en una sola actitud: pasión. Resumiendo: pasión por la gente. Dios nos ha llamado y, en nuestro corazón, está la ciudad de Buenos Aires; amamos a cada porteño y nuestro deseo es poder pastorear a cada uno. En el Evangelio de Mateo 23: 37 el Señor Jesús dice refiriéndose a Jerusalén: "¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta a sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!". Esta palabra nos conmueve y nos impulsa a anunciarle a nuestra ciudad: "Buenos Aires: Queremos juntarte bajo las alas de tu Dios como la gallina junta a sus polluelos debajo de sus alas. ¡Recibe Buenos Aires a la Iglesia que te pastorea! ¡Buenos Aires, te amamos!".

PASIÓN

Que todos sean pastoreados La capital federal tiene 3.000.000 de habitantes que, sumados a los del gran Buenos Aires, eleva la cifra a 15.000.000. Muchos anhelan juntar multitudes y parece bueno, pero si no se llega a ellas para cuidarlas, sanar sus heridas y llevarlas a “pastos delicados y aguas de reposo” -tal como lo menciona el Salmo 23 “El Buen Pastor”-, ¿para qué sirven las multitudes? La respuesta es triste: para vanidad. Nuestra meta no es solo reunir gente sino alcanzar a cada individuo para pastorearlo, bendecirlo y edificarlo, en resumen: que sienta la seguridad de una Iglesia que lo cubre bajo su amor y autoridad. Porque el deseo de alcanzar multitudes debe ir acompañado por la pasión por pastorearlos.

COMISIÓN

Alcanzar a todos Ternura y amor El amor pastoral es el fundamento de toda relación dentro de la Iglesia y, es por esta razón, que en nuestro corazón priman más las vidas que las estructuras. Nuestra organización interna está basada en una estructura amplia pero firme y con muchas alternativas; deseamos que nadie quede fuera de la visión, sino todo lo contrario: que nuestra organización pueda comprenderlos y abarcarlos a todos y, de acuerdo con su personalidad, carácter, cultura o afinidad, una persona pueda unirse a ella como más lo desee y así, desarrollarse al máximo tanto en lo personal (sentimientos, familia, estudios, trabajo, etc.), como en lo espiritual y ministerial. Quien llegue a nuestra congregación podrá ser parte de la misma a través de las Espigas, Grupos de Oración, Ministerios o, simplemente, concurriendo a los servicios de culto. Es decir, tiene muchas alternativas que no compiten entre sí sino que se complementan y, entre todas, completan la visión general del Centro Cristiano Nueva Vida.