“En ese tiempo, consolaba a mis hijos, con la esperanza de un futuro mejor”
Marina Benitez
En 1991, estaba en Paraguay, endeudada. Fui desalojada al no poder cubrir una hipoteca: Con mis dos hijos pequeños, tuve que tomar casas y con la venta de mis articulos personales, subsistíamos En ese tiempo, consolaba a mis hijos, con la esperanza de un futuro mejor.
Llegué sola a Argentina en el año 1992, sin mis hijos. Trabajé como empleada doméstica con cama adentro, los extrañaba, deseaba mi reencuentro con ellos. Con el tiempo inicié un emprendimiento vendiendo café, sándwiches, empanadas y sopa paraguaya en la vía pública. Pude alquilar un pequeño lugar de 3 x 3, dormía en un colchón rescatado de la basura.
En el año 1996 me invitaron a una reunión en una Iglesia, el CCNV, era el Teatro Tabaris.
Allí me encontré con Jesús, junto a una familia nueva. Mi vida cambio de un momento a otro, “Clama a mí y yo te responderé y te mostraré cosas ocultas que aún tú no un conoces”, era una de las promesas que Dios tenia para mi vida, y a ella me abracé
En una de mis tantas oraciones le pedí a Dios un trabajo fijo para que pueda dar un techo digno a mis hijos. A los días, me llega una invitación, era una entrevista laboral de la empresa Constructora Sudamericana, para ser la proveedora a todos los obreros de la empresa de productos de cafetería. No lo podía creer… mis recursos eran escasos, pero la empresa compró todos los elementos necesarios y equipó mi negocio por completo. Fui mas que bendecida en medio de la nada, Dios mandó ángeles para cubrir cada una de mis necesidades.
Y eso no es todo, en un tiempo muy breve pude comprar mi casa.
