“Jesús, si vivo, dame años llenos de vida”
Mónica Sanchez
Marzo es un mes maravilloso.
En marzo me casé, en marzo tuve mí primer y único hijo.
Tambíen fue un 21 de marzo cuando estuve a punto de morir por un aneurisma espontáneo.
Volvía del jardín ese lunes con mí nene y llegando me empezó a doler mucho el brazo y la nuca.
Supe dentro mío que algo me iba a suceder.
Le mandé un mensaje a mí esposo y a mí tia que me sentía mal.
Deje a mi hijo mirando un vídeo, y en el living y de rodillas le dije a Jesús que si había llegado mí momento que me llevará pero si era un ataque sobre mí vida que me libre, batallé y reprendí cómo pude toda muerte. Y le dije -Jesús si vivo dame años llenos de vida-.
Corrí al baño con vómitos y un dolor de cabeza, sentí que me moría.
Las últimas palabras que recuerdo fueron las del médico del SAME -código rojo, se muere acá-.
Me llevaron de urgencia en la ambulancia y me operaron. Con todos los riesgos que implicaba que me abrieran la cabeza para cerrar la aneurisma, las secuelas podrían ser: pérdida del habla, de movilidad, de la visión del ojo afectado, entre otras aclaraciones que firme casi inconsciente, pero eran necesarias para salvarme la vida.
Estuve 25 días en terapia intensiva, donde mis encuentros con Jesus fueron los que me sostuvieron. seguido de eso mi recuperación fue milagrosa.
Me pasaron de terapia a sala común y en 3 días estaba en mí casa sin secuelas, ni dolores, cómo me dijeron las enfermeras que me cuidaron que Dios estaba de mí lado.
Quienes me conocen reconocen que soy un milagro caminando.
Después de 3 meses de controles mí neurocirujano me dijo “estás sana de la aneurisma del lado izquierdo y la que tenías del lado derecho no se contempla” andate nos vemos en 4 años.
¡Vivo mis años llenos de vida sabiendo que Jesús siempre está, que esto era parte de mí historia, hoy estoy con una fe más fuerte que nunca!
